Alcalde Sánchez participa en misa de acción de gracias por 265 aniversario de La Ligua

La ceremonia eucarística fue presidida por el párroco de La Ligua, padre Sergio Barahona Herrera.

En el marco de las actividades de celebración de un nuevo aniversario de la Ciudad, el alcalde Rodrigo Sánchez Villalobos, junto a miembros del Concejo Municipal y funcionarios municipales, participó este domingo 23 de junio de una Misa de Acción de Gracias, realizada en la Parroquia Santo Domingo de Guzmán.

La ceremonia eucarística fue presidida por el párroco de La Ligua, padre Sergio Barahona Herrera, quien agradeció, en su homilía, la presencia de las autoridades comunales y  realizó un llamado a la comunidad a “entrar en sintonía con las necesidades propias de nuestra Ciudad”, indicó.

El padre Sergio tuvo palabras para referirse a los desafíos en el área medio ambiental por los que atraviesa nuestra comuna, como son la escasez y mala distribución del agua y los conflictos socioambientales que afectan el entorno y ponen en riesgo la salud de los vecinos y vecinas.

El Párroco de La Ligua se refirió a los cambios que ha experimentado la sociedad liguana, en especial con la llegada de nuevos vecinos y vecinas provenientes de otros lugares de América, de los cuales “tenemos que hacernos cargo”, señaló.

Asimismo, señaló que es necesario dar una lucha contra la droga, “que va destruyendo la comunidad y corrompiendo lo que antes era limpio”. A su juicio “la droga se empieza a combatir desde la casa” diciéndole las cosas claras a los hijos, haciéndose cargo de las adicciones y educando para la vida y el autocuidado, señaló.

También hizo oración por superar las situaciones de conflicto, que por estos días inquietan a la sociedad, como el paro nacional de los profesores, y para que en las generaciones más jóvenes no se pierda el respeto a las autoridades. “Educar en base al respeto”, afirmó.

Finalmente hizo un llamado a la solidaridad para ir en ayuda de familias, adultos mayores y postrados que necesitan de una caridad viva y operante, junto con el consuelo para superar las desgracias y los dolores de los que sufren.