Alcalde Pallares se reúne con comunidad textil de cara a la próxima Expo La Ligua Emprende 2025

El evento contará con una versión itinerante y el respaldo del municipio para fortalecer la participación de emprendedores textiles en distintas localidades de La Ligua.

Una importante reunión sostuvo hace unos días el alcalde de La Ligua, Patricio Pallares Valenzuela, con parte de la comunidad textil que participa en la “Expo La Ligua Emprende”.

La finalidad del encuentro fue dar a conocer las fechas de la actividad que tradicionalmente se realiza en la época estival y los beneficios que entregará el Municipio Liguano a la comunidad textil para fomentar su participación en el evento de este año 2025.

Al término de la cita, el alcalde de La Ligua, Patricio Pallares Valenzuela, detalló parte de los acuerdos sostenidos en el encuentro. “La reunión ha tenido como objetivo organizarnos en cuanto a la parte textil que es lo más importante de esta Expo La Ligua Emprende, donde estamos trabajando fuerte para que resulte de la mejor forma. Vamos a seguir trabajando por la misma línea de los 45 días, la feria más larga que tiene Chile. Será entre enero y febrero, comenzará el 18 de enero y finalizará el 28 de febrero”.

Asimismo, la primera autoridad comunal, enfatizó en la importancia de descentralizar esta importante actividad textil con toda la comunidad de La Ligua. “Paralelamente haremos la Feria Itinerante. Nuevamente estaremos llegando al sector de Los Molles, Longotoma, al sector de Huaquén y todos los sectores que visitamos el año pasado. Estaban muy contentos los textiles, estamos trabajando en conjunto con ellos y viendo algunas ideas que nos propusieron en la reunión. El objetivo es justamente abaratar costos para que pueda haber mayor cantidad de emprendedores textiles en nuestra Expo La Ligua Emprende 2025”.

Así, la Expo La Ligua Emprende itinerante este 2025 se desarrollará en Huaquén el 25 y 26 de enero, en Logotoma el 08 y 09 de febrero, y  en Los Molles los días 22 y 23 de febrero.

Recordemos que, la Expo La Ligua Emprende, es una de las actividades más importantes del verano en la región de Valparaíso y el país.


PDI detiene a presunto autor de homicidio en La Ligua

Detectives de la Brigada de Investigación Criminal La Ligua detuvieron a un hombre de 26 años por su presunta responsabilidad en un homicidio ocurrido en junio de este año.

Detectives de la Brigada de Investigación Criminal La Ligua de la Policía de Investigaciones de Chile detuvieron a un hombre de 26 años de edad por su presunta responsabilidad en un homicidio ocurrido en junio de este año en la comuna.

Según lo informado por la Brigada de Homicidios Los Andes, encargada de la investigación, el crimen ocurrió en la calle Armando Garay, donde la víctima recibió al menos 17 impactos balísticos en sus piernas, lo que provocó su muerte.

Tras un trabajo de inteligencia y análisis criminal, los oficiales lograron identificar a uno de los participantes, lo que permitió gestionar una orden de detención que fue ejecutada por la Bicrim de la PDI en el sector de Valle Hermoso.

En el domicilio del detenido, la policía incautó tres teléfonos celulares, 4,90 gramos de cannabis sativa en estado de secado, nueve cartuchos calibre 38 y un arma adaptada.

Por instrucción del Ministerio Público, el detenido será puesto a disposición del Juzgado de Garantía de La Ligua por los ilícitos de infracción a la Ley de Drogas, la Ley de Armas y por el delito de homicidio.


Dulces Los Molles: un legado familiar de esfuerzo y tradición

Jazmín Alvarado Delgado, dueña y representante de Dulces Los Molles, lidera una fábrica que combina tradición y dedicación, con más de 31 años endulzando la vida de La Ligua y sus visitantes.

La dulcería nació en los años 80, cuando los padres de Jazmín, provenientes del rubro textil, decidieron reinventarse. Sin embargo, su conexión personal con la fábrica tomó un rumbo especial al enamorarse de Hernán Arce, maestro pastelero y jefe de taller. Desde entonces, no solo formaron una familia con tres hijos, sino también una sólida sociedad en el mundo de los dulces. “Trabajamos todos los días juntos. Somos una muy buena dupla”, comenta Jazmín, quien organiza los tiempos, pedidos y compras, mientras Hernán se dedica a la producción.

El compromiso de Jazmín y Hernán con la tradición y la comunidad quedó reflejado en la creación de la “palita más grande del mundo”, fabricada el 2 de julio de 2022. Con 5 metros y 26 centímetros de largo, este dulce icónico, relleno de manjar y cubierto de betún, se convirtió en un regalo para La Ligua. “Queremos superarnos y regalar algo aún más grande”, dice Jazmín con entusiasmo.

El desafío de preservar la tradición

Pese a los logros, Jazmín manifiesta su preocupación por el futuro de este oficio. “El dulce le dio trabajo a mucha gente, pero hoy se está perdiendo”, asegura. Este problema ha sido documentado por Nina Sepúlveda Montoya (2015) en su investigación para el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Región de Valparaíso, donde señala que muchos jóvenes optan por trabajos mejor remunerados, como la minería, o buscan estudios superiores, lo que ha reducido significativamente la continuidad del oficio dulcero. Según Sepúlveda, “dedicarse a la elaboración de los dulces significa renunciar al bienestar económico” debido a los bajos sueldos y la falta de incentivos.

Jazmín advierte que “no hay jóvenes que quieran ser maestros pasteleros”, y esta situación pone en riesgo la transmisión de las técnicas artesanales. Según Sepúlveda, los pocos maestros que quedan suelen ser mayores o han migrado hacia otros sectores. Para Jazmín, recuperar el valor de este oficio es esencial para mantener viva una parte fundamental de la identidad cultural de La Ligua.

Más que dulces: compromiso con el cliente

Para Jazmín, la tradición no solo se refleja en los productos, sino también en la atención personalizada que ofrecen. “Nosotros adquirimos un compromiso con el cliente”, explica. Este enfoque, basado en la amabilidad y la cercanía, no solo fortalece la conexión con quienes compran, sino que también contribuye a preservar y respetar la tradición. Jazmín considera que su rol es fundamental: “Creo que soy el pilar, mi marido todo lo produce, pero yo organizo los tiempos, los pedidos, me hago cargo de concretar la compra”. Este esfuerzo conjunto garantiza que Dulces Los Molles siga siendo un referente de trabajo y amor por la tradición en La Ligua.

“Pastelero a sus pasteles”: un homenaje a Hernán Arce y los dulceros de La Ligua

En la entrada de La Ligua, un imponente mural titulado “Pastelero a sus pasteles” rinde homenaje a las y los dulceros de la ciudad. La obra, creada por el pintor Cardo Maleza, destaca la figura de Hernán Arce, maestro pastelero y pieza clave de Dulces Los Molles.

“Cuando conocí a Hernán Arce en la fábrica de dulces, vi a un hombre robusto y fornido con brazos de ex boxeador, realizando una actividad que más bien parecía la de un orfebre trabajando una joya”, relata el artista. “Con movimientos hábiles y repetitivos, esculpía el merengue sobre la palita”.

El mural no solo celebra a Hernán, sino también a todas las personas que, con esfuerzo y dedicación, han mantenido viva la tradición de los dulces de La Ligua. Es un recordatorio visual del impacto cultural y comunitario de este oficio, y una forma de reconocer en vida a quienes han contribuido a su desarrollo, como Jazmín y su familia, cuyo compromiso con esta tradición trasciende generaciones.


Dulces Teresa: tradición, comunidad y un legado liderado por mujeres

En La Chimba, una localidad cercana a La Ligua, Dulces Teresa se alza como un símbolo de tradición y esfuerzo. Este negocio familiar, que ha perdurado por más de 80 años, destaca por haber sido liderado siempre por mujeres.

La historia de esta emblemática fábrica comienza en 1942 con Teresa Chacana, una mujer trabajadora y visionaria que aprendió el arte del manjar en Quebradilla. Durante su trabajo en una hacienda para una familia de españoles, una amiga le enseñó a preparar dulces, conocimiento que la impulsó a iniciar su propio negocio. Teresa, con su carácter emprendedor, no solo fabricaba dulces, sino que también salía de la ciudad para vender flores y sus productos en Santiago, siempre con el propósito de sacar adelante a su familia. “Ella era súper movida, todo lo vendía, lo que veía lo hacía venta”, recuerda Camila Fernández Chacana, bisnieta de Teresa y parte de la cuarta generación de la fábrica.

Un legado familiar que trasciende generaciones

Bernarda Chacana Hernández, nieta de Teresa, creció ligada a la dulcería, ayudando en la fabricación de dulces durante sus vacaciones escolares. Aunque más tarde siguió una carrera como profesora básica y trabajó en la escuela de Cachagua, en Zapallar, tras jubilarse volvió a sus raíces, atendiendo el punto de venta ubicado en pleno centro de La Ligua. “Todos salimos adelante gracias a este trabajo, mi abuelita nos dio la posibilidad de tener una vida mejor”, dice Bernarda, valorando el impacto del legado que Teresa dejó en su familia.

Hoy, la fábrica opera en La Chimba, manteniendo las técnicas tradicionales que caracterizan a los dulces de La Ligua. El manjar, uno de los productos icónicos, se elabora con leche, azúcar y leña, cocido a fuego lento en grandes pailas de cobre durante más de cuatro horas, tal como lo hacía Teresa al comienzo. “Se han hecho este tipo de dulces hace 80 años, no se ha cambiado la receta”, destacan con orgullo sus actuales gestoras.

Un puente entre tradición y comunidad

Dulces Teresa no solo ha sido un negocio, sino también un pilar en su comunidad. Bernarda recuerda cómo Teresa organizaba actividades en Navidad, entregando muñecas, camiones de juguete y dulces a los niños del sector, muchos de los cuales no recibían regalos. “No cualquiera entrega su tiempo para el resto”, dice Camila con especial cariño, reflejando el impacto social que tuvo Teresa más allá de la dulcería.

“Siempre ha sido un trabajo liderado por mujeres, y espero que siga así por muchas generaciones más”, concluye Camila, reafirmando el compromiso de la familia con el legado de Teresa y la importancia de mantener viva esta tradición única de La Ligua.

El rol activo de la mujer en Dulces Teresa

Este caso resalta cómo las mujeres han desempeñado un rol mucho más activo en la producción y gestión de los dulces de La Ligua, en contraste con lo que ocurre en muchas fábricas hoy en día. Según Nina Sepúlveda Montoya (2015), la participación femenina en el oficio dulcero ha disminuido con el tiempo, quedando mayoritariamente relegada a tareas de apoyo como el aseo, mientras los hombres asumen roles de maestros en las cocinas, percibidas como áreas de mayor exigencia física debido al uso de maquinarias y el aumento en los volúmenes de producción.

Sin embargo, Dulces Teresa rompe con esta tendencia. Desde su fundadora, Teresa Chacana, hasta las generaciones actuales, las mujeres no solo han liderado el negocio, sino que también han sido las principales responsables de mantener vivas las técnicas tradicionales y la conexión comunitaria que caracteriza a esta dulcería. Este ejemplo demuestra que el aporte femenino no solo ha sido fundamental en los orígenes de esta tradición, sino que sigue siendo clave para su preservación y evolución, desafiando las percepciones actuales sobre la división de roles en el oficio dulcero.


Fábrica de Dulces Elba: cuatro generaciones que endulzan La Ligua

Desde la estación de trenes de La Ligua hasta su actual ubicación en calle Ortiz de Rozas 839, la Fábrica de Dulces Elba ha preservado por más de un siglo la tradición artesanal que inició su fundadora, Elba Meneses.

Cariñosamente conocida como “la Nona”, Elba comenzó vendiendo dulces en la estación de trenes, convirtiendo su pasión en un legado familiar que perdura hasta hoy. Hasta los 92 años, trabajó incansablemente en la fábrica y dejó a su familia una clara petición antes de fallecer: “Que la fábrica nunca decaiga, que siempre siga adelante y que jamás abaraten costos”.

Ese mandato sigue vivo en su nieta, Ingrid Diocares Arévalo, quien lidera la fábrica desde hace 32 años. Ingrid ha sabido combinar tradición e innovación, manteniendo la esencia de los dulces artesanales y sumando nuevos productos, como las empanadas de queso elaboradas con queso producido por ella misma. “Todavía tengo ñeque”, afirma con orgullo, mientras organiza el negocio y cuida de sus nietos, demostrando que la unión familiar es el motor de esta empresa.

Luis Garay, hijo de Ingrid y cuarta generación de Dulces Elba, se dedica a la elaboración del manjar artesanal, ingrediente clave que define el sabor de sus dulces. Con la mirada puesta en el futuro, Luis ya piensa en la quinta generación: “La quinta generación ya está caminando”, dice al referirse a su sobrina, quien, entre juegos y risas, muestra una curiosidad natural por los dulces.

Dulces Elba es más que un negocio; es un símbolo de identidad para La Ligua. Los turistas buscan sus productos como un atractivo que combina historia, sabor y tradición. “Mantener esta tradición no es solo importante para nosotros, sino también para nuestra comunidad”, concluye Ingrid, reafirmando el compromiso de su familia con el legado que comenzó en la estación de trenes.

La elaboración artesanal de los dulces

La tradición de la Fábrica de Dulces Elba se mantiene fiel a las recetas originales transmitidas de generación en generación. Ingredientes naturales como leche de vaca, huevos de campo y manjar artesanal son esenciales para asegurar la calidad que distingue a los dulces de La Ligua.

De acuerdo con la Unesco, los productos artesanales dependen en gran medida del trabajo manual, destacando por su conexión cultural y simbólica. En el caso de los dulces de La Ligua, como los de Dulces Elba, la manufactura humana es fundamental en tareas como el armado, relleno y embetunado, lo que garantiza su carácter único. Como explica el dirigente David Plaza, “no se ha inventado la máquina que pueda rellenar, orillar, emparejar, empolvar y aplicar el betún a las palitas como se debe, que sea mejor que una mano humana”.

Esta dedicación al trabajo manual y el uso exclusivo de materias primas naturales sin colorantes, aditivos ni preservantes son características transversales que definen la identidad de estos dulces. Dulces Elba, junto con otras fábricas tradicionales como Dulces Teresa y Dulces Patricia, se distingue por su antigüedad y su compromiso con la elaboración artesanal de manjar, una materia prima central en la región.

La preservación de esta tradición es clave no solo para las familias dedicadas a este oficio, sino también para la comunidad de La Ligua. Dulces Elba no es solo un negocio, sino un símbolo de orgullo y conexión cultural, donde la calidad artesanal sigue siendo el motor que impulsa a esta empresa familiar hacia el futuro.